Patrones de conducta.

Cuando volvemos la vista hacia atrás, posiblemente encontremos sucesos que se repiten a lo largo de nuestra existencia, y que concluyen en un resultado no deseado para nosotros.

Sí a este «non grato» desenlace, le añadimos que nuestras intenciones básicas difieren de las conclusiones que se han producido, y sí, para emponderar aún más esta conducta, observamos que no tienen una relación directa, sino más bien, contraria a nuestros valores, entonces nos encontramos ante un patrón de conducta que está pidiendo a gritos una modificación.

La respuesta más generalizada frente al cambio, es la resistencia.

Los motivos pueden ser múltiples. Primando, el miedo a lo desconocido, la comodidad en la zona de confort, etc.

Al practicar una radiografía de ese patrón o patrones de conducta que degeneran en sufrimiento, infelicidad o descontento, podemos encontrar «manchas» en forma de

creencias, experiencias vividas, conductas observadas e interiorizadas, axiomas, reglas, normas, etc. Es decir, los ingrendientes que conforman nuestro universo particular, o nuestro mapa.

• Un factor, que contribuye a que dicho «mapa» se pegue en nuestro cerebro, es el efecto de la estimación propia, o lo que conocemos como el ego.

Esta prolongación del yo, que causa tantos problemas en nuestras vidas, nos sirve como herramienta para abrirnos paso, a modo de machate, en el día a día. A mayor virtuosismo, manejando este instrumento, obtendremos mayor o menor  imputs negativos (tanto en cantidad, como en intensidad).

Este virtuosismo, desde mi punto de vista, no es otro que «ser consciente» , de «darse cuenta«, hasta qué punto estamos identificados con todo esos ingrendientes a los que antes nos referíamos.

La buena noticia es que son incorporados y se pueden modificar, regular o sustituir, y la otra, es que llevan convivendo demasiado tiempo con nosotros y nos identificamos profundamente con ellos.

• Otro factor agravante, es la automatización de nuestra respuesta. Es decir, nuestra contestación a la realidad que se nos presenta, es, en este

 tipo de conductas que estamos abordando, similar a un acto reflejo. En casos de conflicto, tensión, discusiones, emitimos una respuesta no analizada previamente, con el tiempo que nos hubiese deseado ocupar.

Algunas actuaciones que podemos llevar a cabo, para hacer frente a estas conductas, pueden ser las sigjuientes:

1. Realizar una exploración de nestras experiencias vividas, con el objeto de relacionar patrones de conducta con resultados no deseados.

2. Aceptar y reconocer (como parte que has intregrado) el tipo de conducta, en forma de comportamientos, respuestas o actos que te gustaría cambiar.

3. Identificar y ser conscientes acerca de la participación que tiene nuestro ego, en dichas conductas.

4. Sumérgete en la realidad que quieres vivir,

 en cómo eres tú con el cambio ya incorporado en tu vida e imprégnate de esta realidad. Construye tu propósito de vida, a partir de este cambio que quieres generar. Ve a más allá de tu visión actual o pasada. No te olvides de incluir tus valores. Esto te dará fuerza en el camino hacia tu objetivo, será tu brújula.

5. Crea  metas, en tus diferentes escenarios.

por ejemplo: sí deseas mejorar tu respuesta, ante una discusión de pareja. Piensa en qué necesitas para esa mejora: Por ejemplo, paciencia, empatía, autocontrol, serenidad, modular tu tono de voz, ser más asertivo, etc.Actuaciones concretas en diferentes entornos y descomponlo en objetivos.

A partir de ahí, trabaja, ponte objetivos: Por ejemplo, mi objetivo es mantener una actitud más serena en mis conversaciones con mi pareja, otro sería ser más asertivo, etc. Si descompones estos objetivos te será más facil, que abordar p.e. el ámbito de la comunicación en general.

Y siempre pregúntate ¿cuándo lo voy a hacer?, ¿qué obstáculos preveo que surgirán? ¿cómo los superaré?, ¿qué recursos necesitaré?, ¿cuáles me faltan?¿con qué recursos cuento?,  ¿a quién puedo pedir ayuda? es decir, explora al máximo, los pasos que vas a dar, con el fin de lograr tu objetivo

6.  Pasa a la acción,

da tu primer paso.

7. Incorpora hábitos de higiene mental. Desafortunadamente, hoy en día, nos ocupamos en cuidarnos a nivel físico y nutricional , pero la mente, ¿creéis qué no necesita una limpieza en forma de hábito?.

Un hábito puede ser la meditación, la reflexión diaria.

Un abrazo.